Debajo, en mi ataúd,
escucho un sonido,
en medio de la noche,
sostengo la vida de nuevo.
Cuando la tierra comienza a moverse
ya no me siento tan solo,
un virus se apoderó de mi,
una maldición me trae de regreso.
La calle solitaria se impone ante mí,
me arrastro por un hambre cruel…
una mujer esta ebria en el piso…
mis huesos crujen mientras me acerco.
Como una bestia muerdo su piel,
ella despierta y grita;
ya es demasiado tarde,
mi cuerpo se mueve solo.
Los gusanos escurren por mis ojos,
pasé mucho tiempo en el hoyo,
soy débil y fuerte,
el terror me ayuda.
Me desvanezco,
mi alma se sale del cuerpo,
dejo mi cuerpo pútrido,
disfruté el canibalismo…
cuervo