sábado, 11 de abril de 2015

Luces doradas

Entre el humo de cigarrillos robados,
 la bebida más rica es la cerveza,
cuando miro tú rostro como si fuera el cielo;
azul , equivocado y confuso.

Cuando estoy perdido
 y las sonrisas cruzan la mesa de madera sucia;
de pronto sostienes mi antebrazo,
 me siento intrigado.

Entre la nostalgia añeja;
 destellos dorados imaginarios
 en una piscina de licor,
en mi modo más brutal y honesto.

Soy el más ridículo de los soñadores,
que sangra sobre sus sueños,
 destinado a tragarse las ganas,
atado al sufrimiento predestinado.

Y en realidad no hay nada que pueda hacer,
el humo de cigarrillos robados impregnará mi ropa,
el tiempo disipará mis dudas,
y la noche terminará con un poema maldito.

cuervo