Cielos grises,
lluviosos, fríos,
me reducen a la melancolía,
a los días en que me perdía
en ti,
a los largos viajes
en tren.
Cuando el viento movía
mi cabello,
las caminatas
solitarias en barrios pobres,
la falta de miedo a
la muerte,
la gracia de tu forma
de andar.
Recuerdo mi paseo por
entre los muertos,
recuerdo el alcohol
raspando por mi garganta,
recuerdo mi estancia
con los ángeles
Y mi inútil intento
por ser como ellos.
El aislamiento de
algunos días,
presente en todo
momento,
la tortura de cuatro
paredes
y la locura
emergente.
Los aplausos, los
cantos, los demonios,
la risa y el pasto,
los abrazos y los
besos,
las lagrimas y
rostros hermosos.
Melancolía,
el vino triste y
sabroso,
viene con los días nublados,
cielos grises,
lluviosos, fríos.
cuervo
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