El atardecer,
chispas doradas
infinitas
que me recuerdan tu
presencia,
eternos rayos del
último sol que vi.
Tranquilidad;
navego entre el día y
la noche,
antes de soñar miro
tus alas,
eres mi recuerdo
placentero.
Te encontré
tiernamente dormida,
debajo de las nubes
que parecen peces,
procuré no hacer
ningún ruido.
El cielo se pintó
morado
y comenzaron a
brillar las estrellas,
eran como tus ojos...
me tiré en el pasto y
me quedé dormido.
cuervo
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