domingo, 24 de enero de 2016

La gran máquina

Otro día solitario
unido a la marcha de almas vacías,
caminando por el mismo lugar cientos de veces,
recogiendo mis pasos sin ninguna sanación.

El tiempo deteriora mi estado,
despersonalización e industrialización;
invaden mi mente con ideas aceptadas;
soy tan gris como el pavimento.

Divinamente y constantemente regresas,
te veo volando a mis brazos,
y de la misma manera te apartas,
 me dejas en un desierto de cristal.

Pierdo la fuerza de mis brazos
y mi piel es tan fría como el hielo,
puedo creer cualquier mentira,
puedo iniciar el fuego con solo pensarlo.

Y lo que tengo no existe,
lo que valoro no es importante;
voy flotando en nubes de smog,
drenando mi vida en esta ciudad.

cuervo

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