lunes, 23 de septiembre de 2013

El hombre transparente y el ascenso del cuervo aterrador.

En mi ausencia…mi alma en letras,
quiero una voz que trascienda
sobre las barreras de cualquier creencia,
invadir con mi esencia tu esencia.

Escuché historias sobre el hombre transparente,
el que se fue caminando solo hacia el mar,
una voz en su interior se lo ordenaba,
en el camino dejó ver su alma a los mas infelices.

El camino de un ser incompleto
arrastrando cadenas de introspección;
castigado por su manera de pensar,
humillado por los ciegos.

La lengua de un perico cósmico
tratando de igualar la voz del hombre terrenal,
invadiendo la fantasía haciéndola realidad,
dañando las estructuras de lo que una vez fue gris.

Podríamos caminar más allá de la vida,
podríamos desaparecer en un suspiro;
en una canción jamás escuchada
podríamos expulsar el sol de nuestros cuerpos.

La sed por el agua de fuentes ajenas,
no más besos ni razones;
solo la sed de algo desconocido,
la maldad con dos tazas de azúcar.

El hombre transparente decía:
dentro de sueños retorcidos te vi morir,
aplastada por el metro,
mis gritos eran los de un loco,
mientras las vías se pintaban de rojo.

El valor de una plática sin sentido,
más profunda que cualquier poema,
abordando desde la creación del universo
hasta el ascenso del cuervo aterrador.

Aquel cuervo aterrador,
el que vino de las noches más oscuras,
viajando solo desde las playas purpuras,
pasando por las espinas de las temporadas rojas.

Llegué a pensar que el cuervo se desnudaba
y aparecía el hombre transparente;
después caminaba hacia el mar;
tal vez estoy loco, pero los vi iguales.

Dentro de este universo falso y comprimido,
seres insípidos y aterradores no tienen sentido,
los seres incompletos que arrastran cadenas;
mientras algunos los puedan observar,
 yo reiré…

cuervo

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