Bajo rayos de sol,
inundando mis pupilas,
cada rayo en un lugar
específico,
en mi visión
repentina.
Cabello dorado,
sol dorado,
ojos de miel que
miran a la nada,
retratados en mis
recuerdos para siempre.
La belleza no puede
ser descrita,
debe de ser presenciada,
en destellos solares
o en luz pálida de
luna.
El rio dorado de tus
movimientos
y el sol asesino que
me deslumbró,
me trajo luz a esta
alma gris por un segundo;
sé que existe esa luz
para todos.
Luz que no debe ser
buscada,
debe ser soñada,
admirada y besada;
música para la
eternidad, aún para los solitarios.
cuervo
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