domingo, 23 de septiembre de 2012

Alas


Alas negras, corazón purpura;
mujer que me diste luz,
una lágrima de esperanza
y llamados del cielo azul.

Desde esta mí morada gris
te escribo por última vez,
eres canción dulce en mi actuación
réquiem de mis últimos sueños.

Mi corazón que de ti se alimenta,
mis pulmones se regocijan con suspiros;
ecos de un amor lejano y sin esperanza,
lentamente me embriago de realidad.

Las últimas notas del piano
al finalizar una triste canción,
denotan lo mucho que desearía verte,
bajo el manto del cielo que nos cubre.

Una pequeña ventana en mi miseria,
alas blancas, corazón rojo,
un pequeño vistazo a lo más hermoso,
tú, mi pequeño oasis de vida.

Ahora me hundiré en mi fría tumba de nuevo,
con mi ropa negra, botas negras;
pero jamás mi alma será tan opaca,
has dejado un poco de luz en mi.

cuervo de la noche

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