Recientemente me conozco,
me encontré tirado en
el piso de un sanitario,
lamiendo del suelo la
dignidad perdida,
comiendo colillas de
cigarro.
Pongo las esperanzas
en ese sujeto,
hundido, pero con un
mar de posibilidades,
tan fuerte y alto
como todos;
corazón de fuego.
Me vi levantarme
desde ese agujero,
despedazando fantasmas
del pasado,
pisoteando a los
malditos,
escupiéndole en la
cara a cualquier dios.
Echo de menos mi
convalecencia,
el amor se ha quedado
de lado,
fue reemplazado por
fuego intenso
que necesita explotar
diariamente.
Dejo mis manos
abiertas
por si alguien me
quiere acompañar;
en realidad no hay
problema si llego solo,
al final todo resulta
en cenizas.
En el sendero más
solitario me siento cálido,
varias almas me
abrazan en este viaje,
sinceridad y amistad;
la vida no parece tan
mala después de todo.
cuervo
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