Ojeras ambulantes de
tanto pensar,
revolcándome en
recuerdos de una mejor vida,
respirando sangre que
dejo la puñalada al corazón,
lavando la mugre de
todas mis caídas.
Cara de pánico al
infinito futuro,
desolación amarga,
me deslumbra el zambullirme
en la vida,
el sol es demasiado caliente
para nadar.
No dejo de
estremecerme por verte,
solo tu voz caliente
me puede liberar,
unas letras de sangre dulce
y el viento a favor.
Se acerca un dulce
momento gris,
aún más gris de lo
que ya pinta mi cielo,
sin más remedio hay
que disfrutarlo
y dejar pasar las
risas de los felices.
No dejo que la tierra
me cubra por completo,
este viento me tiene
algo especial,
no me deja sin oxígeno,
acaricia mis últimas
esperanzas.
Hoy es el comienzo
del cuervo,
el nuevo despegue
hacia las nubes,
un nuevo sol amarillo,
un nuevo corazón purpura.
cuervo
cuervo
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