Ella flota en mi
mente,
sobre mí, llega
de noche y se va de día,
me entristece el no
poder alcanzarla,
tal vez el cielo solo
es digno de ella.
Dueña de las noches,
nos mira a todos y
sigue flotando,
sonríe cálidamente
para derretir
nuestros corazones mortales.
Amable, bondadosa y
serena,
llena de orgullo y
blancura,
luminosa y fría,
recuerdo de la luz de
día.
La luz que me inspira
a seguir,
nuevas esperanzas y
sueños;
mi luna de octubre,
todo lo que necesito
puede ser que lo encuentre en ti.
Cuervo