Voy perdiendo la
batalla,
me quedan muy pocas
opciones,
dependo completamente
de la suerte,
me invade el deseo de
morir.
Ven conmigo,
deslicémonos por el torbellino
del dolor,
viajemos hasta el
centro del olvido,
que la soledad se desvanezca
por un rato.
Arrástrame a la
miseria,
voy justo detrás de
ti,
toma mi mano
y derramémonos en el éter.
Mi cerebro intoxicado
me hace ver terrores,
vivo enredado en
sabanas negras
que me asfixian.
Entonces me doy
cuenta que no puedo escapar
y no hay nada que
pueda hacer,
solo puedo limpiar de
mi rostro las lágrimas
y taparlo con una máscara
de felicidad.
cuervo
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