Soy el mismo de ayer,
un flaco individuo
platicando con el mismo árbol,
buscando respuestas
en las nubes,
envenenándome con la
salud de los chistosos.
Sé que yo no he sido
un hombre,
pues deje pasar el último
trago de licor
que termino en tu
garganta
Y se evaporo con el
sudor.
En este mismo lugar,
donde abracé al
viento buscando consuelo y sanar,
derramo lagrimas
añejas
que los trapos de mi
ropa vieja no secan.
Olvidarme de lo que
hiere
y darle paso a la
bondad de la insipiente realidad,
o quedarme aquí sufriendo,
retorciéndome cual
gusano sin importancia.
Ven por última vez a
mis sueños,
no te pido nada más
que un último abrazo,
una corta despedida,
no sé cuando vendrá la
calaca de premio en el cereal.
cuervo
No hay comentarios:
Publicar un comentario